Capítulo 2: Con el caballo cansado


Al día siguiente, Soledad había anunciado que su primera función como directora de Rincón de Luz iba a ser darle la bienvenida a los nuevos vecinos junto con Álvaro y los chicos. Esa mañana todos estaban muy emocionados por conocerlos. La experiencia de haber tenido de vecinos por un año entero a sus dos peores enemigos no había sido nada placentera; y había sido todavía peor cuando Sebastián, el más cruel de ellos, se había mudado al hogar durante algunos meses.
Afortunadamente esa época había quedado en el pasado, y ahora todos querían saber si finalmente su suerte había cambiado y podrían vivir junto a personas más amigables… o, al menos, no tan malvadas.

—¡No puedo creer que por fin vayamos a conocer a los nuevos vecinos! —exclamó Úrsula, bajando las escaleras de la sala principal de dos en dos.
—Tranquila, Úrsula. Te podés caer —le advirtió Álvaro.
—No sé por qué estás tan contenta, la gente se muda todo el tiempo —dijo Lucía.
—Sí, pero no todo el tiempo podemos tener nuevos vecinos.
—¿Y qué sabés si te van a caer bien? —Mateo se agarró de la cabeza—. Capaz son insoportables.
—¿Peor que los anteriores? —rió Lucas—. No creo.
Mentiritas dio un paso al frente. —¡Se olvidan de lo más importante! —exclamó—. Laura ya los conoce. Contanos, ¿cómo son?
—En realidad solo conozco a la mamá —dijo ella, y al ver que todos se quedaron esperando que continúe, agregó—: Vino con su hija, me dijo que tenía más o menos la edad de Lucas. Y parecía muy buena persona.
—O sea que es casi de nuestra edad. —Estrella miró a Malena con emoción.
Escoltados por Soledad y Álvaro, salieron a la vereda y se dirigieron a la casa de al lado mientras todavía murmuraban algunas teorías sobre quién podría llegar a estar habitando ese lugar. Soledad tocó el timbre e inmediatamente reinó el silencio.
Un momento más tarde, una mujer muy alta, delgada, y atractiva abrió la puerta. Laura la reconoció como la mujer salvadora de gatos.
Soledad sonrió. —Buenos días, mi nombre es Soledad —dijo, estrechando la mano de Betina—. Soy la directora del hogar Rincón de Luz, y queríamos darles la bienvenida, ya que vamos a ser vecinos.
Betina se quedó un momento en silencio, pero luego su expresión demostró simpatía. —¡Ah, sí! Me crucé con una de las chicas el otro día. Mi nombre es Betina, un gusto.
—Le trajimos esto —dijo Álvaro, entregándole una cesta llena de frutas que habían estado preparando.
—¡Muchas gracias!
—¿Usted vive sola? —preguntó Malena, aunque ya conocía la respuesta.
—No, vivo con mi hija —respondió Betina—. De hecho, creo que tiene tu misma edad, le encantaría conocerlos. Denme un segundo.
Salió un momento hacia uno de los pasillos y regresó de inmediato con su hermana menor, Pía. A quien, por algún motivo, estaba haciendo pasar por su hija.
—Encantada —dijo Pía, estrechando la mano de Soledad.
—¿Cuántos años tenés? —preguntó Estrella.
—Trece.
—¡Igual que nosotras! —exclamó Malena.
Malena no pudo evitar ver cómo Lucas miraba a su nueva vecina. Su asombro creció cuando este, sin dejar de mirarla de esa manera, se acercó y le dio un beso en la mejilla a Pía.
—Un gusto —le dijo, sin dejar de mirarla así—. Nuestros anteriores vecinos eran unos idiotas, así que te doy la bienvenida al barrio. Seguro que nos vamos a llevar muy bien.
—Sí, bienvenida —dijo Malena con voz de pocos amigos, interponiéndose entre ambos.
—¿Qué te gusta hacer? —preguntó Estrella, todavía interesada en conocerla.
—Bueno… soy actriz. Estudio teatro desde muy chica, y algún día quiero llegar a Hollywood.
—¿En serio? ¡Yo casi toda mi vida trabajé en un circo donde vivía actuando y bailando! ¡El teatro y la danza también son mi pasión!
—¿Ves? Ya se están haciendo amigas —comentó Betina con Soledad.
—Tenés razón. Pía, ¿qué te parece si venís esta tarde a tomar el té con nosotros?
—¡¿Qué?! —exclamó Malena, atrayendo las miradas de todos—. No, digo… ¿no escucharon lo que dijo? Estudia mucho, es actriz, debe estar súper ocupada y no debe tener tiempo…
—Me encantaría —asintió Pía, sonriendo—, esta tarde estoy por allá.
Mientras seguían arreglando los detalles sobre el té, Mentiritas no pudo evitar notar algo extraño en la mirada de Betina. Ésta estaba observando a Laura con una mirada perturbadora… como ocultado algo. Inmediatamente despertó sospechas en él, pero decidió no decir nada, al menos por el momento.

Más tarde, cuando ya casi era hora de que llegue Pía al hogar, Úrsula estaba sola en el cuarto de las chicas, mirando a través de la ventana desde la comodidad de su colchón.
—Extraño tanto el mundo mágico… ¿Por qué Tali tuvo que dejar caer la bola de cristal? —se preguntó a si misma en voz alta—. Era mi única manera de seguir en contacto con las otras brujas. Desearía que Tali volviera para decirme cómo hago para encontrar otra bola así… hasta mis hechizos se están debilitando, a este ritmo voy a terminar siendo una humana común y corriente.
—Te entiendo, la verdad es que esto es horrible —replicó una voz conocida cerca suyo.
Cuando vio quién era se quedó muy sorprendida, y hasta algo asustada: sentado en la otra ventana del cuarto estaba el chico sin nombre que había acompañado a los buscadores en Las Sombras. Y si eso le había parecido inesperado, no había palabras para describir su mirada cuando un halo violeta rodeó al chico sin nombre y, al desaparecer, reveló su verdadera identidad.
—Pero… ¿vos? ¿cómo? ¡¿qué?! —balbuceó Úrsula, sin poder decir una oración coherente.
Se había convertido en Jaudín. Excepto que ya no era el gnomo verde y orejudo que conocía: ahora se veía como un humano cualquiera. Hasta su voz, extremadamente ronca, sonaba ahora más natural.
—¡¿Qué te pasó?! —preguntó incorporándose. Se sorprendió tanto que creía que se le iban a caer los ojos al suelo.
—¿No te parece obvio? —contestó Jaudín de mal humor—. Este es mi castigo… ser un humano.
Para sorpresa suya, Úrsula se abalanzó sobre él y lo abrazó. —¡Ay, Jaudín! ¡No puedo creer que esté tan contenta de volver a verte! ¡Por fin alguien del mundo mágico como yo! ¡Y encima también convertido en humano!
—¿Vos no decías que querías ser humana todo el tiempo? ¡Esto para mí es un castigo!
—¡Obvio que quiero! Ser humana es lo más, pero se siente raro ser la única en el hogar que tiene poderes sobrenaturales.
Jaudín suspiró. —Bueno, la cosa es… que no vas a seguir siendo la única. Vengo a quedarme a vivir acá con vos.
—¿Qué? —Úrsula se alejó, alterada. —No. ¿Qué te pensás que es esto? ¿Un hotel?
—¿Y qué querés que haga? ¡Yo no lo decidí así! Mi castigo era llevar una vida humana en Las Sombras, pero ustedes me ayudaron a escaparme, así que los seguí hasta acá. Ahora tengo que vivir en Rincón de Luz, no tengo otro lugar.
—¡Lo hubieras pensado antes de cometer crímenes mágicos!
—¿Ah, sí? ¡El crimen mágico por el cual me descubrieron es uno que hice para ayudarte, desagradecida!
Úrsula se quedó callada un momento. —¿Decís de…?
—Sí —afirmó Jaudín—, cuando ayudé a tu amiga Laura a dejar de ser mitad fantasma. Las brujas mayores se enteraron hace poco y este fue su castigo. Si no te hubiera ayudado, ahora podría seguir siendo un gnomo. Pero claro, tuve que perder mi tiempo con vos y tu amiguita… Y por su culpa me olvidé de mi nombre. Y hasta de mi verdadera forma. Si no hubiera salido nunca de Las Sombras, todavía no me acordar ni quién soy ni cómo me llamo.
—Pero no sé, Jaudín. Es diferente. Acá ya causaste demasiados problemas. Te recuerdo que en primer lugar fue culpa tuya que hayamos ido a parar a Las Sombras.
—Está bien, sé que lo que hice estuvo mal, pero iba a pasar de todas formas. Lo único que hice fue apurar el momento.
Úrsula lo miró con cara de pocos amigos, así que Jaudín prosiguió—: Bueno… y además voy a cambiar. ¿No ves lo débil que estoy? Estoy en un cuerpo que no conozco, en un mundo horrible, sin ningún lugar dónde ir… yo me quedo acá y no juego más con las personas, me porto bien.
—¿Me lo prometés? —Úrsula se cruzó de brazos.
—Te lo prometo.
—Está bien, en ese caso… hay que cambiarte el nombre. No existen humanos que se llamen Jaudín.
—¿Qué? ¡Ni loco me cambio el nombre! ¡Soy Jaudín desde la cuna hasta el cajón!
—¡¿Querés vivir acá o no, nene?!
—¡Ufa, está bien! ¿Y cómo me tengo que llamar?
—Guillermo —respondió Úrsula al instante.
—¿Por qué Guillermo? ¡Ese nombre es horrible!
—¡Porque los humanos se llaman así! ¿Aceptás o te vas?
—Está bien, pesada. ¡Pero más vale que haya buena comida en este lugar! —amenazó Jaudín.

—Entonces… ¡Bienvenido a Rincón de Luz, Guillermo!

1 comentario:

¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

Escrito por Fundador

Twitter

Soñamos juntos con:



Soñamos juntos con:


PLL Arg

Ediciones Frutilla

Una nueva aventura comienza

Letra por letra

Seamos aliados



Seamos aliados


Busca la Luz