Capítulo 15: Preguntas incómodas



Habían pasado varios días ya desde que Pía lo había besado, pero Lucas no podía parar de pensar en ese momento. Sus labios en contacto con los de Pía le habían generado una sensación muy extraña en el cuerpo, como un fuego que lo invadía por dentro y le quemaba cada órgano del cuerpo. ¿Será amor? ¿O ese fuego que sentía era solo lo culpable que se sentía por ocultarle las cosas a Malena, y aún peor, hacer que Lucía y ella se peleen por su culpa?

Las palabras de su hermana no paraban de resonar en su mente desde que se levantaba hasta que se iba a dormir, e incluso a veces en sueños. “La vas a perder para siempre”. A lo mejor tenía razón y lo correcto era decirle toda la verdad a Malena, ¿qué tanto le iba a costar entenderlo? Después de todo, lo conocía hace mucho tiempo a Lucas, se supone que podía confiar en él.
No. Malena siempre le había advertido sobre Pía. No había desaprovechado ninguna oportunidad de demostrarle a Lucas lo celosa que se sentía cuando el estaba cerca de ella. Si se enteraba de que se habían besado, por más malentendido que sea, ahí sí que la iba a perder para siempre. Nunca podría perdonarlo. Además, cada día dudaba un poco más de si ese beso le había gustado tanto o más que los de Malena. ¿Se había confundido de novia, quizás?
Esa noche, mientras todos se preparaban para acostarse, Úrsula y Malena eran las primeras en estar listas, como de costumbre. El resto de las chicas continuaba en el baño, probablemente cepillándose los dientes, cuando la brujita decidió sentarse en su cama y tomar medidas en el asunto.
—¿Ya te dormiste, Malena? —preguntó.
—No. ¿Qué pasa?
—Tengo que decirte algo… —comenzó a decir Úrsula.
Malena se sentó en su cama de inmediato, mirándola con preocupación. —¿Qué pasó? ¿Estás bien?
—Sí, es sobre… bueno, lo de Lucía, Lucas, Pía, y todo eso.
—Te escucho.
—Bueno, el otro día escuché a Mateo hablando con Mentiritas y le estaba hablando de Lucas. Le dijo que él lo escuchó decir el nombre de Pía cuando soñaba una vez, y que lo del beso es verdad… Perdón que me meta, pero tenías que saberlo. No puedo soportar ver cómo Lucía y vos no se hablan solo por las mentiras de Lucas.
—¿Lucía te obligó a que me digas esto? ¿Te amenazó con pegarte?
—No, nadie me amenazó de nada. Es lo que escuché decirle Mateo a Mentiritas. Te lo juro.
Malena se dio vuelta y miró por la ventana. Desde el vitral vio su reflejo en el momento exacto en el que su corazón se partía en mil pedazos.
—¿Estás bien?
—Sí… no te preocupes.
En ese momento entró Lucas al cuarto.
—Bueno, me voy así los dejo solos. Pero apúrense, que las chicas deben estar por llegar —dijo Úrsula, cruzando la puerta.
—Vine a darte el beso de las buenas noches, amor —dijo Lucas, acercándose a Malena. La besó, pero ella no pudo mirarlo a los ojos. —¿Qué te pasa?
—Así que soñaste con Pía, y encima le dijiste a tus amigos que la besaste. Lucía tenía razón.
—¿Qué? Nada que ver. ¿Quién te dijo eso? ¿Qué amigos?
—Mateo.
Lucas se empezó a reír, aumentando el enojo de Malena.
—¿Me estás cargando? ¿Encima de que me mentís te reís? Sos una basura, andate de mi cuarto.
—¡Pará, hermosa! ¡Me estoy riendo porque el navo de Mateo se la re creyó!
—¿Cómo… se la creyó? ¿Qué decís?
—Sí, Male. Fue todo un chiste que le hicimos con Amir. ¿Sabés qué pasa? Mateo está enamorado de la nueva vecina. Con Amir lo vivimos molestando diciéndole que va a ser novio de Pía, pero siempre se enoja y se pone a inventar esas cosas sobre ella y nosotros. Es como un juego que tenemos.
—¿En serio me decís?
—¡Sí, amor! A Amir le dijo que tiene su nombre escrito con corazones en la carpeta de la escuela, pero obvio es todo mentira. Ya sabés cómo es Mateo, siempre hace esas cosas.
Malena se llevó las manos a la cara con alivio. —¡Ay, qué bueno que me estás diciendo esto! ¡Casi me muero de la tristeza! Yo sabía que vos no eras capaz de hacer algo así. ¡Fui re tarada, perdón!
—No pasa nada. Sos mi novia, te acepto como sos… así celosa y todo —dijo Lucas, y luego volvieron a besarse.

La mañana siguiente despertó a Laura con un rayo soleado que se filtraba entre las cortinas de su ventana, lo cual era un recordatorio de una sola cosa: hoy la iban a visitar Mentiritas, Álvaro, y Soledad. Llegaron alrededor del mediodía, cuando la comida justo estaba siendo servida; Betina y Pía los invitaron a pasar, dejando como resultado una comida “familiar” un poco inusual: Laura, su tía Betina, su prima Pía, su mejor amigo Mentiritas, y sus padres postizos Álvaro y Soledad.
—Qué bueno que hayan venido a visitarnos, son bienvenidos siempre que quieran —dijo Betina.
—Muchas gracias —respondió Soledad—. Laura, vos ya sabés que si no te sentís cómoda sos bienvenida a volver al hogar siempre que quieras.
Álvaro la miró con desaprobación. Un comentario así frente a su nueva familia adoptiva era muy poco prudente.
—Lo sé, muchas gracias. ¿Cómo están las cosas por allá?
—Bueno —intervino Mentiritas—, Malena y Lucía no se hablan hace un montón de días por culpa de Lucas. Y Lucas tampoco se habla con Lucía por eso mismo.
—¡Qué feo! ¿Qué habrá pasado? —comentó Pía con fingida inocencia—. Lo de Malena vaya y pase, pero Lucía y Lucas son hermanos. La familia siempre es lo primero, no pueden están separados ni traicionarse el uno al otro.
—Bueno, mejor cambiemos de tema —dijo Betina—. Basta de malas noticias, pasemos a las buenas: ¡Felicitaciones por haber decidido casarse!
Álvaro y Soledad agradecieron, pero luego notaron algo extraño:
—Muchas gracias, pero, ¿cómo lo sabías? —preguntó Soledad.
Betina abrió la boca para contestar, pero no se le ocurrió nada para decir.
—Nunca te lo dijimos. De hecho, aparte de ver a Laura, vinimos para contarles esa noticia —agregó Álvaro.
Ambas hermanas se miraron en busca de auxilio: la verdad era que lo sabían porque lo habían escuchado desde las cámaras de vigilancia y  los micrófonos que tenían instalados en el hogar, pero ni ellos ni Laura se lo habían comentado. Estaban en un callejón sin salida, iban a descubrir que habían mentido e iban a sospechar de ellas. Todo su plan se iba a arruinar. Iban a volver a ser pobres.
Soledad y Álvaro las miraban fijo, a la espera de una respuesta.
Era el fin.

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¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

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